POR: DIANDRA IGUARÁN
¿Vivimos en piloto automático? Muchos de nuestros patrones de comportamiento han sido automatizados por nuestro subconsciente; vivimos en acción–reacción, sin tomarnos el tiempo necesario para pensar, analizar y actuar desde la parte más elevada de nuestro ser: la conciencia. Quizás, si algunos de nuestros comportamientos estuvieran guiados por aquella parte de nuestro cerebro consciente —ese que tiene la capacidad de crear, manifestar, el de la voluntad y dirección— tendríamos más habilidades emocionales para enfrentar muchos de los desafíos en los que hoy en día está inmersa la humanidad.
¿Cómo podemos saber cuáles son aquellos comportamientos que han sido automatizados por nuestro cuerpo y que realizamos de manera espontánea? Por ejemplo, tomar siempre la misma ruta para ir al trabajo, cepillarnos los dientes de tal manera, hacer siempre la misma rutina a la hora de cambiarnos, tomar el café a la misma hora; pero, además, otros patrones de comportamientos que nos llevan a revivir situaciones de vida que no deseamos. Aunque los años pasen, aunque los escenarios cambien, aunque nos mudemos de ciudad o, incluso, de país, conozcamos personas nuevas y diferentes; vivimos siempre las mismas situaciones. A veces, escuchamos personas que suelen decir “siempre me traicionan”, “siempre me pagan mal”, “mis relaciones siempre acaban de la misma forma”, o “en mi familia todos hemos padecido de depresión, ansiedad, presión arterial alta, diabetes” e, incluso, frases como: “En mi familia todas somos madres solteras”.
De esa misma manera, pensamos que estamos condenados a vivir de cierta forma, quizás nos imaginamos que así lo dispuso el destino, porque fuimos víctimas de un conjuro o la vida es difícil y unos nacieron para ser afortunados y otros, no tanto. Ese papel de víctimas en el que muchos hemos caído, hace que nuestra vida esté en un aparente control de las circunstancias, nuestros problemas y factores externos; mas no de nosotros y nuestra capacidad infinita para recrear la vida que deseamos. Sé que lo anterior puede parecer una frase sacada de un libro de autoayuda, pero esa verdad fue la develación más grande que me hizo la vida cuando fui diagnosticada con cáncer. Pero no, no tienes que llegar a una situación extrema para soltar el piloto automático, recrear tu vida, desaprender patrones adquiridos, dejar viejos o malos hábitos y empezar a vivir esa vida con propósito que todos merecemos; entonces, ¿cómo soltar el piloto automático?
- EMPIEZA POR HACER ALGO DIFERENTE CADA DÍA. Puedes ensayar una ruta diferente para ir al trabajo, o en lugar de comerte los huevos como lo sueles hacer, a la hora del desayuno, podrías intentar con un batido verde o, incluso, comiendo algo que solo comerías en un almuerzo; por ejemplo, en lugar de huevo, que tal pollo o pescado. Suena raro, ¿cierto? Cuando hacemos algo nuevo, nuestro cerebro recibe una señal que algo está pasando fuera de lo normal, cuando nos vencemos y repetimos cada día comportamientos diferentes, retamos a nuestro cuerpo a soltar viejos patrones.
- ESCRIBE. Plasma en un diario aquellos pensamientos de antaño, las frases repetidas que han marcado tu vida, por ejemplo: ‘soy comelona’, ‘soy traste’, ‘soy introvertida’, ‘no soy capaz de’, ‘nunca fui buena para’. A veces, no son más que conceptos que compramos de frustraciones ajenas, de nuestros propios padres, algún profesor, jefe, etc. Recuerda, no tenemos ningún sello que nos clasifique, ni existe algún defecto que nos defina.
- APRENDE ALGO NUEVO. No importa la edad que tengas, ni la circunstancias que experimentes actualmente, arriésgate a vivir una nueva aventura. Sumérgete en el mundo del nuevo conocimiento con esas clases de pintura, piano, baile o aquello que anhelaste cuando niño y que el adulto de hoy en día decidió abandonar.
- BUSCA SIEMPRE LAS COSAS QUE TE HAGAN SENTIR BIENESTAR. Cuando sentirnos bien está por encima de cualquier otra cosa, estamos más cerca a desaprender aquello que nos limita, condiciona y debilita; por ejemplo, que tu necesidad de estar bien sea más fuerte que depender de cualquier cosa que te brinda satisfacción momentánea, pero al final te hace mal; como una fuerte adicción al azúcar, alcohol o, incluso, a tu pareja. Hacer este pequeño análisis, antes de esas decisiones que debemos tomar diariamente, hace que utilicemos la parte del cerebro que rige la conciencia. Estamos siendo protagonistas de nuestra mente consciente y no títeres de nuestro subconsciente.
- DECLARA ANTES DE PONER LOS PIES EN EL SUELO CADA MAÑANA. Hoy será el mejor día de mi vida y haré lo que tenga que hacer para lograrlo, aunque eso implique una nueva forma de pensar, actuar, hablar y hacer.
Quizás, hoy es ese día para poner freno de mano, evaluar tu existencia, dejar de vivir en el pasado y andar en ese vehículo que llamamos vida con sus paradas, curvas, estaciones, pero siempre hacia adelante, explorando nuevos caminos y subiendo de copilotos a aquellas personas que sumen. Nuestra ruta no está definida por la edad que tengamos, ni por las circunstancias externas, como nuestra cuenta bancaria, nuestro estado marital, nuestra talla o peso; sino por nuestra capacidad consciente de recrear la vida que anhelamos.