POR: JAVIER MAZENETH
En economía, la teoría del cisne negro o Black Swan Theory, desarrollada e impulsada por el filósofo e investigador Nassim Taleb, explica que existen y aparecen fenómenos sorpresivos que, aunque no se hayan visto nunca antes, pueden ocurrir en momentos inesperados, trayendo consigo consecuencias de gran magnitud al orden mundial. Ante estos cambios tan bruscos que hoy nuestro planeta afronta, a raíz delCOVID-19,laresilienciaha tomado gran relevancia e importancia, pues define la capacidad de las personas, sociedades o simplemente de un sistema, para adaptarse, recuperarse y sobresalir ante potenciales o reales riesgos que el entorno pueda presentar en un momento dado.
Esta capacidad de superar las crisis, con el menor impacto posible, no ha dejado de ser menos importante en la gestión logística y las redes de abastecimiento globales, pues gran parte de la dinámica productiva y comercial de nuestro planeta depende del potencial de adaptación y reinvención que dichas redes de abastecimiento puedan tener frente a los desafíos logísticos impuestos por la pandemia. La nueva normalidades un término que da respuesta y confirma que todo ha cambiado; a la vez, plantea una realidad desconocida, pero de muchos cambios, sobre todo, en los hábitos de consumo de las personas y la forma en que se adquieren productos y/o servicios; estas nuevas transformaciones han obligado a reconfigurar todas las cadenas productivas y logísticas del planeta.
Al investigar un poco sobre qué avances está teniendo la logística y las redes de abastecimiento frente a estos desafíos, encontramos significativos y nuevos descubrimientos en aspectos como la tecnología, infraestructuras de almacenamiento, transporte, distribución y la obligatoria bioseguridad; sin embargo, al indagar sobre avances en uno de los aspectos, quizás, más importantes, pero menos valorado en cualquier desarrollo logístico y empresarial como lo es el capital humano, poco o nada es posible encontrar. Según el estudio del Banco Mundial, llamado Logistics Competencies, Skills, and Training: a Global Overview, actualmente, en el sector logístico global hay carencia de habilidades, capacidades específicas y/o especializadas por desarrollar; a causa de ello, este estudio ha intentado diagnosticar las principales fuentes de dicha escasez, las cuales incluyen:
1. Salarios bajos en comparación con otros sectores.
2. Condiciones de trabajo relativamente pobres, particularmente, en países de bajos y medianos ingresos.
3. El bajo prestigio y estado de la logística en muchas culturas y sociedades.
4. La estructura demográfica de la fuerza de trabajo de logística en países subdesarrollados.
5. La limitada oferta de mano de obra en sitios remotos —áreas donde los centros logísticos se ubican con mayor frecuencia—.
6. Poca oferta de programas especializados para la preparación en carreras logísticas.
7. Escaso acceso y apoyo a la capacitación en tecnologías vanguardistas del sector.
De igual manera, el informe destaca la urgente necesidad de expandir espacios de capacitación en logística y supply chain —cadena de abastecimiento—, así como el desarrollo de nuevas habilidades técnicas y especializadas, sobre todo, en aquellas regiones rezagadas frente a países desarrollados, en términos de presupuestos. Aliviar el problema de habilidades logísticas exigirá una participación colaborativa entre las múltiples partes interesadas —Gobierno, sector privado y universidades—, en lo que refiere a reclutamiento, capacitación, evaluación, certificación y retención de talento logístico. El estudio, de igual manera, examina la importancia del papel protagónico de los gobiernos para ayudar a cerrar las brechas en competencias y habilidades logísticas, indicando 9 maneras en que los gobiernos pueden intentar mejorar los niveles de competencia, mediante la fuerza laboral de logística en sus países:
- Nuevamente, facilitar la colaboración de múltiples partes interesadas.
- Establecer y armonizar estándares de competencia.
- Utilizar la política regulatoria, tanto directa como indirectamente.
- Concientizar sobre el papel crucial de las habilidades y la capacitación logística para la competitividad del país.
- Priorizar la logística en la política educativa y/o el desarrollo curricular.
- Brindar apoyo financiero para iniciativas de capacitación, desarrollo e investigación en el sector logístico.
- Elevar los niveles de habilidades en las empresas de logísticas estatales.
- Uso de la contratación pública para obtener influencia sobre los niveles de habilidades logísticas.
- Complementar el desarrollo de infraestructura con inversión en capital humano.
Colombia no es ajeno a esta necesidad mundial y hoy nuestro país enfrenta grandes retos en materia de competitividad y eficiencia logística; para ello, el Gobierno, en cabeza del Departamento Nacional de Planeación —DNP—, ha actualizado la Política Nacional Logística —PNL—, buscando promover el modelo competitivo de nuestro país. Para los profesionales de la logística, quienes seguimos de cerca el comportamiento de la competitividad de nuestro país, a través de su desarrollo logístico, se hace necesario entender la importancia de la Política Nacional Logística, definida, inicialmente, a través del Documento CONPES 3547; hoy, en su actualización, mediante el Documento CONPES 3982: “Se reconoció a la logística como un pilar estratégico de la competitividad del país y se establecen estrategias para consolidar un sistema logístico nacional articulado, que apoye la generación de alto valor agregado de bienes, a través de la optimización de la estructura de costos asociada a su distribución”.
En conclusión, el mundo cambió y nosotros también, la nueva realidad indica que para afrontar todos estos desafíos de abastecimiento global, debemos ser más competitivos y, para ello, como único camino, el país deberá apostarle, de manera decidida, a un modelo logístico integral, que permita el desarrollo sostenido de las infraestructuras terrestres, marítimas y aéreas requeridas, así como la implementación de nuevas tecnologías y políticas que agilicen los procesos a lo largo de la cadena logística; pero, lo anterior, solo podrá ser realidad en la medida que nuestro país le apueste al desarrollo de competencias logísticas, a través de su capital humano.