POR: GERMÁN HENNESSEY
Al finalizar un año solemos hacer tres actividades: evaluar cómo fue la anualidad que termina, visualizar nuestros deseos y expectativas del año nuevo, además de disfrutar las fiestas decembrinas; tres actos en tres tiempos: pasado, futuro y presente. Aún en este año de pandemia —COVID-19— haremos un balance de logros y pendientes o de ganancias y pérdidas, que podrá ser desfavorable para algunos por el impacto económico, mientras que para otros triste por temas de salud y vida en la familia, lo cual lamento. En lo personal, me gusta ver esa relación del tiempo como un contínuum, que suelo representar con el símbolo del infinito, tomando el presente como un punto único en el que la vida cobra fuerza y sentido; ese punto es justo el momento y lugar en que las dos curvas se encuentran, es el aquí y ahora.
MIRADA DEL PASADO
El cerebro humano guarda recuerdos de actividades, emociones, pensamientos y sucesos vividos o en los cuales hemos participado que podemos rememorar, al evocar una experiencia, podremos tener similares sentimientos a los experimentados. Haz una pausa en tu lectura, por favor; te pido evoques un momento especial, uno bueno o bonito, tuyo, de hace diez años, más o menos. ¿Qué recuerdas? ¿Qué sentimientos, a qué personas? ¿Qué hiciste y qué hicieron los demás? ¿Dónde sucedió y cómo era el sitio? ¿Qué hora era, cómo estaba el clima o el ambiente físico? Revive un minuto ese instante.
De todo lo sucedido y vivido, guiándote por las respuestas anteriores, ¿dirías que recuerdas el 100%, más del 70%, solo la mitad o menos? ¿Lo que rememoras, tienes total seguridad que fue así o algo pudo ser diferente? Es muy probable que tus pensamientos no sean exactos al qué o cómo sucedió; es muy seguro que solo puedas evocar lo esencial, lo que fue significativo en ese momento y hoy conservas en tu memoria. Si un amigo o amiga te brinda información sobre los hechos, es posible que eso altere no solo tu recuerdo, sino tus sentimientos actuales sobre esa experiencia; algo que te parecía bonito, valioso o agradable, es probable, ahora no lo sea tanto, por eso que te contaron.
Si hiciésemos el ejercicio con un evento negativo, que te genera un sentimiento de dolor, rabia o tristeza, por ejemplo, podría suceder lo mismo: que evoques lo esencial y ese recuerdo pueda variar con nueva información. Entonces, si pueden cambiar con datos nuevos, también pueden transformarse si los miras diferentes, si te acercas a ellos con otros ojos, desde otra perspectiva de vida. Si en vez de rememorar ese suceso con rabia lo ves con compasión, podrías descubrir que esa persona desagradable no lo era tanto y quizás no tuvo malas intenciones al efectuar lo que hizo. Si lo observas con ojos de serenidad o madurez, podrías considerar que ese momento de regocijo juvenil fue más un acto de rebeldía que uno de compañerismo. Solo por colocar dos ejemplos.
Los hechos no cambiarán, no viajarás al ayer para modificar alguna actividad, solo la verás diferente, pues siendo consciente podrás ver hacia atrás con otros lentes. Si observas con empatía y reflexión, lograrás perdonar a quien te molestó; con serenidad y alegría podrás valorar a esa persona que tienes apartada. Viajas al pasado no para variarlo, sino con el fin de encontrar, descubrir y dar nuevos significados, es decir, conectarte de manera diversa, crear o cambiar los vínculos existentes. Con ese recuerdo modificado, vivirás un presente distinto; quizá te quitaste un peso o cargas una nueva alegría. Te invito a hacerlo, con este año 2020 es un buen ejercicio; yo lo hago con el día que finaliza y cada noche me sorprendo, porque fue un buen día y agradezco por eso.
MIRADA DEL FUTURO
Imagina el futuro y si lo haces, podrás crearlo, nos dicen. Visualiza el mañana y si lo ves bien, podrás hacerlo realidad, comentan. Yo te propongo verlo, imaginarlo, sentirlo, tocarlo, olerlo, percibirlo. Algo en que hago casi pedagogía —en lo personal, en las asesorías y entrenamiento directivo— es en describir el resultado de manera precisa. Muchos definen la meta, solo que cuando indago por aquello que esperan ver, oír, sentir o palpar, no logran definirlo. Considero que visualizar el resultado guía el camino, con eso, regresas al presente para construir el sendero y darle forma. Como del futuro mucho se habla y lee, estimo no ampliar más detalles, a diferencia de la mirada del pasado, que es algo en lo que poco reflexionamos. En este mes decembrino, que deseamos sacudirnos del COVID-19, con sus angustias y dolores, es temporada de futuro; solo que, en vez de deseos y expectativas, define resultados concretos a los cuales le apostarás con acciones y comportamientos decididos y entusiastas.
MIRADA DEL PRESENTE
Aquí y ahora, más que un mantra o un referente para ser conscientes, es una fuerza de vida. Con los años he aprendido a estar ‘aquí y ahora’, vivir el momento a plenitud, gozar cada instante, disfrutar cada relación, aprovechar cada oportunidad, aunque sigo aprendiendo; es ‘aquí y ahora’ que existimos. No en el pasado, porque estaríamos anclados en un agujero negro que nos consume a punta de suspiros por lo que fue; no en el futuro, ya que nos ata a un océano de incertidumbres y dimensiones desconocidas y nos agota esperándolo; el camino se hace al andar, dijo el poeta. En este mes de evaluaciones y promesas te invito a hacer las tres miradas, de manera consciente, reflexiva, honesta y respetuosa. Como el símbolo, podrás descubrir que todo es un flujo, donde la única constante es el cambio y lo único cierto es el paso que estás dando.
Felices fiestas este diciembre. Mis deseos de salud, bienestar, alegría y progreso para ti, tu familia y equipo de trabajo. Al entusiasta, comprometido y profesional equipo humano de Enfoque Lifestyle, un gran abrazo afectuoso por su decidido apoyo y generosidad, al permitirme navegar en estas páginas desde su inicio. Cada vez que miro estos años con la revista, mi agradecimiento y orgullo por ser parte de este grupo crece, lleno de valor.