Aunque el sol es parte fundamental de la vida, los humanos deben evitar exponerse demasiado ante él, ya que hacerlo de manera prolongada podría aumentar la aparición de quemaduras o el desarrollo de cáncer en la piel; así como el deterioro general de la dermis, acelerando el envejecimiento. Lo anterior, no significa que deba evitarse completamente, pues gracias a esa gran estrella el cuerpo genera vitamina D, esencial en el proceso para fortalecer los huesos. En ese sentido, cobra importancia el cuidado, por lo que existen barreras químicas, permitiendo la disminución del daño ocasionado a través de la radiación UVA y UVB —rayos ultravioleta—, dichos productos son elegidos según el Factor de Protección Solar —SPF, por sus siglas en inglés—. Respecto a su uso, la médica Carolina Palacio, especialista en Dermatología y Tricología, aconseja: “Empezarlo a usar desde la infancia, a partir de los seis meses, con la regularidad de dos veces al día; generalmente, recomendamos aplicarlo en la mañana y a las 12:00 p.m., teniendo en cuenta que emplearlo una sola vez no brinda la defensa duradera”.
Los protectores solares fueron diseñados específicamente para evitar el daño ocasionado por dicho astro, pero muchos de los químicos empleados en su producción han sido relacionados con el desarrollo de algunas enfermedades cutáneas o sensibilidad, en especial las nanopartículas y la vitamina A; esta última, en recientes estudios de la FDA —Administración de Alimentos y Medicamentos—, fue señalada como posible aceleradora de lesiones cuando se encuentra en presencia del sol. A razón de lo anterior, se han empezado a considerar alternativas naturales, es decir, bloqueadores minerales, los cuales “son los primeros que se han usado y ejercen un efecto de defensa, porque no dejan que la luz penetre en capas superficiales, ni profundas de la piel, gracias al óxido de zinc y dióxido de titanio —pantallas físicas—; ofreciendo protección principalmente contra la radiación ultravioleta A, descuidando un poco la tipo B”, declara la dermatóloga. Además, la alimentación también puede relacionarse con una resistencia mayor a la incidencia de los rayos UV sobre la dermis.
DIFERENCIAS ENTRE BLOQUEADORES SOLARES NATURALES Y QUÍMICOS
Para la médica Carolina Palacio, es importante no “encasillar los filtros químicos como perjudiciales, porque cada paciente es diferente; por ello, algunos pueden desarrollar reacciones alérgicas o rechazo a los protectores solares sintéticos; pero, también en la literatura científica encuentran resultados adversos, por ejemplo al titanio, que es un bloqueador mineral”. A razón de lo anterior, se recomienda visitar al especialista, quien determine cuál de dichos productos será el adecuado. Con el fin de que obtenga mayor perspectiva, a continuación, Enfoque Caribe le presenta las principales diferencias entre estos artículos.
LOS BLOQUEADORES SOLARES NATURALES REFLEJAN EN LUGAR DE ABSORBER. Los bloqueadores naturales utilizan minerales: óxido de zinc y dióxido de titanio, para repeler los rayos UV; mientras que los químicos usan materiales como oxibenzona, el cual se absorbe en la piel y convierte dicha radiación en calor, que luego es expulsada del cuerpo. Sin embargo, esta y otras sustancias se relacionan con problemas de salud, por ejemplo, alergias.
TIEMPO PARA EMPEZAR A FUNCIONAR. En el caso de los bloqueadores químicos, tardan alrededor de 20 minutos para empezar a cumplir su función, pues el producto debe ser absorbido por la dermis. Contrario a esto, los minerales al trabajar a modo de barrera, comienzan a ejercer la defensa inmediatamente luego de la aplicación, permitiéndoles a las personas exponerse ante el sol sin temor.
MÁS INGREDIENTES NATURALES. Los bloqueadores naturales no solo emplean los minerales previamente descritos, pues en la naturaleza también pueden hallarse otras sustancias que brindan algún grado de protección solar, por ejemplo: antioxidantes —vitamina E—, extractos de semillas de zanahoria, aceite de germen de trigo y frambuesa; en conjunto estos proveen SPF, dependiendo de los materiales utilizados en cada protector.
FACTOR DE PROTECCIÓN. Naturalmente, no es posible encontrar sustancias que posean un SPF mayor a 50; además, dichos elementos por sí solos no son defensa suficiente. En estos casos, cuando se trata de los bloqueadores minerales, la máxima protección obtenida tiende a ser de SPF 30; debido a ello, necesitará hacer retoques más continuos, con el fin de permanecer protegido en todo momento.
EL AGUA PUEDE SER UN PROBLEMA. Cabe destacar que los protectores minerales al no ser absorbidos, como sucede con los químicos, son sencillamente eliminados al exponerse ante la humedad; por ello, si suda mucho, entra a playa o piscina, el producto se desprenderá muy fácilmente de la dermis, dejándolo expuesto a la radiación solar. Sin embargo, recuerde los retoques necesarios, sin importar qué artículo escoja.
APARIENCIA BLANCA SOBRE LA PIEL. Aquellos minerales contenidos en los bloqueadores naturales poseen una textura sólida y blanca, por lo cual el protector tenderá a obtener este color en caso de no difuminarse correctamente sobre la piel; esto además, provocaría no tener la protección deseada. Por tanto, dichos productos resultarían ser poco estéticos, a diferencia de los químicos que no dejan ningún tipo de marca.
FÁCIL APLICACIÓN. Los protectores solares efectuados con productos químicos tienden a ser muchísimo más sencillos de aplicar y distribuir uniformemente, gracias a las sustancias que comprenden su estructura; además, logra evitarse por completo la composición pastosa, característica de los bloqueadores minerales. Igualmente, protegen del daño provocado por los rayos UV, pues como ya se mencionó, estos transforman dicha radiación en calor.
Carolina Palacio: @dermatologacp