El periodo menstrual es una constante en la vida de las mujeres, por ello, elegir la protección adecuada durante esos días resulta ser absolutamente necesario. En ese sentido, entran en juego diversos productos, algunos masivamente utilizados, siendo el caso de las toallas higiénicas y los tampones, u otros como las copas menstruales que apenas se están abriendo paso en el mercado y la cotidianidad de las féminas. Dichos artefactos tuvieron su primera distribución comercial en los años 30, pero fueron descontinuados, debido a cuestiones de fabricación y culturales; posteriormente, en los 80 resurgieron, portando diseños junto a materiales mucho más cómodos; facilitándoles poco a poco tener mejoras para convertirse en una excelente alternativa con múltiples beneficios. Teniendo en cuenta lo anterior, Enfoque Caribe y Yin Medina —ginecólogo, obstetra— desean mostrarles las principales diferencias entre los tres métodos mencionados previamente.
DIFERENCIAS ENTRE LA COPA MENSTRUAL, TAMPÓN Y TOALLA HIGIÉNICA
MÉTODOS DE APLICACIÓN. Las toallas no presentan mayor problema, pues son un artefacto externo muy sencillo de utilizar. Al emplear tampones aumenta la complejidad, ya que deben introducirse a la vagina y lo mismo ocurre con las copas menstruales; especialmente, dicho método posee varios pasos, por lo cual la práctica es importante.
QUÍMICOS UTILIZADOS. El componente absorbente y las fragancias de muchas toallas, suelen resultar dañinas para algunos organismos a largo plazo. En cuanto a los tampones, son fabricados en elementos parecidos a las compresas, pero tienen contacto interno con el cuerpo, aumentando el riesgo de dermatitis. Por su parte, la copa “es más segura, porque está hecha de un material inerte que no genera alergias ni diversos efectos negativos”, explica el especialista.
ECO-FRIENDLY. En promedio, una mujer utiliza 10.000 toallas o tampones, durante el periodo fértil, y estos tardan más de dos siglos en descomponerse, debido a los materiales de fabricación; caso contrario ocurre con las copas menstruales, pues en primera instancia su vida útil es de aproximadamente 10 años, no genera químicos dañinos a la tierra y algunas empresas se encargan de reciclarlas, representando la mejor opción para el ambiente.
COMODIDAD. Los métodos de protección representan algunos limitantes; en el caso de las compresas, existe el riesgo de filtraciones al ejercitarse o dormir; igualmente, es difícil nadar con ellas. Los tampones, brindan mayor libertad, pero es fundamental recordar hacer los cambios necesarios. Por su parte, la copa facilita realizar cualquier actividad, no se siente y permite llevarla “entre 4 a 5 horas; sin embargo, cada paciente debe aprender a manejar esto individualmente”, menciona el ginecólogo.
ECONOMÍA. No todas las mujeres necesitan reemplazar las toallas higiénicas con demasiada frecuencia, pero aproximadamente, tendrían que hacerlo 4 veces al día; por su parte, los tampones se deben sustituir unas 3 o 4; debido a ello, cada cambio conlleva dinero invertido. Aunque el valor es mayor, la copa representa gran economía a largo plazo, pues no requerirá invertir en ella mes a mes, gracias a la cualidad reutilizable.
Yin Medina: @dryinmedina