Por: Javier Mazeneth
Según la ONU —Organización de las Naciones Unidas— las tendencias demográficas actuales nos indican que para el año 2050, aproximadamente el 70% de la población mundial va a estar concentrada en grandes centros urbanos. Así pues, iniciamos una nueva década, cargada de exigentes desafíos para las sociedades que necesiten desarrollar sus procesos de planificación y autosostenibilidad, sobre todo, en aquellos aspectos de gran importancia para su futuro.
Aquellas ciudades que puedan enfrentar estos desafíos se les llaman ciudades inteligentes o smart cities, término creado en España durante el 2004, y que se refiere al proceso integral de transformación y desarrollo sostenible de una sociedad, a través del avance en varias dimensiones o aspectos claves que más adelante les compartiré de manera muy breve. Como cada ciudad es única e irrepetible, tendrá sus propias diferencias de las demás; en ese sentido, para poder avanzar de forma sostenible e inteligente, cada territorio deberá diseñar su propio plan, estableciendo de manera clara y alcanzable sus prioridades; además, necesitará ser lo suficientemente flexible, con el fin de adaptarse a los cambios y retos que hoy exige el mundo globalizado e hiperconectado en el que vivimos.
Para el logro de lo anterior y como les comenté al inicio de esta lectura, quiero remitirme de manera muy breve a un interesante estudio y evaluación realizado por el IESE Cities in Motion Strategies de la Universidad de Navarra y el Centro de Globalización de España llamado Ciudades en Movimiento —Cities in Motion— el cual fue elaborado gracias a la conexión con una red mundial de expertos en ciudades y empresas especializadas, cuyo único objetivo es “promover cambios a nivel local y desarrollar ideas valiosas y herramientas innovadoras que logren ciudades más sostenibles” (Índice IESE Cities in Motion, 2016, p.7). El modelo evalúa 9 dimensiones claves, consideradas para entender la realidad de las comunidades del futuro, las cuales trataré de explicar y resumir a continuación:
- CAPITAL HUMANO: el principal objetivo de toda ciudad debería ser mejorar su capital humano. Una urbe con una gobernanza inteligente tiene que ser capaz de atraer y retener el talento, crear planes para mejorar la educación e impulsar tanto la creatividad como la investigación (Índice IESE Cities in Motion, 2016).
- COHESIÓN SOCIAL: hace referencia al nivel de convivencia entre un conjunto de personas con niveles de ingresos, culturas, edades y diferentes profesiones que viven en la urbe. La preocupación por el entorno social de la ciudad requiere el análisis de factores como la inmigración, el desarrollo de las comunidades, la eficacia del sistema de salud y la seguridad e inclusión ciudadana (Índice IESE Cities in Motion, 2016, p.10).
- ECONOMÍA: en esta dimensión se incluyen todos aquellos aspectos que promueven el desarrollo económico de la ciudad, como sus planes de promoción y el fortalecimiento de su economía local; la proyección de su desarrollo industrial o sector abanderado de su economía; la generación de clústeres productivos, la innovación y el fomento de las iniciativas emprendedoras (Índice IESE Cities in Motion, 2016, p.11).
- GOBERNANZA Y GESTIÓN PÚBLICA: gobernanza es el término utilizado para designar la calidad, eficacia y buena orientación en la gestión pública de nuestra comunidad, dado que el ciudadano es el punto de encuentro para solucionar todos los retos que afrontan las urbes, por ello, es importante tener en cuenta factores como el nivel de participación ciudadana y la capacidad de las autoridades para involucrar a los líderes empresariales y sociales en el desarrollo de decisiones de ciudad (Índice IESE Cities in Motion, 2016).
- MEDIOAMBIENTE: en las ciudades inteligentes el desarrollo sostenible deberá satisfacer “las necesidades del presente, sin poner en peligro la capacidad de las generaciones futuras para atender sus propias necesidades” (Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de la ONU, 1987); en este sentido, factores como la mejora continua de la sostenibilidad medioambiental, a través de la promoción y apoyo a iniciativas verdes como infraestructuras ecológicas, el uso de energías alternativas, una gestión eficiente del agua y de los residuos; además de la existencia de políticas que ayuden a contrarrestar los efectos del cambio climático, son imprescindibles para garantizar la sostenibilidad en el tiempo de las nuevas ciudades (Índice IESE Cities in Motion, 2016).
- MOVILIDAD Y TRANSPORTE: las ciudades del futuro deberán enfocarse en dos grandes retos cuando se refiere a movilidad y transporte: facilitar el desplazamiento así como el acceso de la población al servicio público. Para ello, la infraestructura de carreteras y el desarrollo de sistemas masivos de transporte público sostenibles son esenciales y tienen afectación directa sobre la calidad de vida de los ciudadanos, además de convertirse en vitales para la sostenibilidad de las ciudades a lo largo del tiempo (Índice IESE Cities in Motion, 2016).
- PLANIFICACIÓN URBANA: la planificación urbana está estrechamente relacionada con la sostenibilidad de las ciudades, si esta es deficiente podría provocar un deterioro en la calidad de vida de los ciudadanos a mediano o largo plazo; además, afecta los incentivos de inversión, ya que dificulta y aumenta los costos logísticos de transporte para nuevos inversionistas. Así pues, con el fin de mejorar la habitabilidad en cualquier territorio, es necesario apostarle a un crecimiento inteligente. Los métodos novedosos de urbanismo deben centrarse en crear metrópolis compactas, con diseño de zonas verdes y espacios públicos accesibles y de calidad (Índice IESE Cities in Motion, 2016).
- PROYECCIÓN INTERNACIONAL: “Las ciudades que quieran progresar deben conseguir un lugar privilegiado en el mundo” (Índice IESE Cities in Motion, 2016, p.18). Alcanzar y mantener la proyección global, requiere posicionar la marca de la ciudad y su reconocimiento internacional, esto en gran medida se puede lograr por medio de planes turísticos estratégicos, la promoción cultural y la atracción de inversión extranjera, a través de la potencialización de sus ventajas competitivas (Índice IESE Cities in Motion, 2016).
- TECNOLOGÍA: es la espina dorsal de cualquier sociedad que pretenda alcanzar el estatus de ‘ciudad inteligente’; además, el desarrollo tecnológico es una dimensión que permite a las ciudades ser más competitivas en el tiempo (Índice IESE Cities in Motion, 2016). Lo anterior, se logra en gran medida a través de la conectividad —Internet de las cosas—, junto al acceso masivo y público al Internet.
Una vez acotado lo anterior, podríamos concluir que aquellas urbes que le apuesten a consolidarse como smart cities, deberán lograr un equilibrio en todas las dimensiones del modelo, proceso complejo y permanente, ya que se suele comúnmente avanzar a muy buen ritmo en algunas áreas y fallar en otras, un ejemplo de esto son Hong Kong, Nueva York y Bangkok, ciudades halladas entre las más inequitativas y desiguales del mundo.