Hola, querido lector, ¿cómo estás? No acostumbro a iniciar mis escritos de esta manera, pero llegado el último mes de este año diferente, siento que es necesario hacerlo, tomarnos un tiempo y que me respondas, desde el fondo de tu corazón, ¿cómo has estado? En el equipo de La Revista Enfoque hemos pensado mucho en ti, ya que tomamos nuestro trabajo muy en serio, llevándote información que te entretenga, con un contenido oportuno; tanto en la revista, podcasts, emisiones de radio, y que saque en ti esa alegría en medio de estos tiempos que han sido distintos. Si me preguntas cómo estoy yo, te puedo decir, ¡vaya, qué año hemos tenido! Siendo sincera, no ha sido nuestro mejor año empresarial, pero algo que siempre he tenido presente y como lo dije hace algunos años en una editorial, las tormentas son solo parte de nuestras vidas, llegan para ayudarnos a crecer.
Quiero compartirte un cuento que escuché en estos días en un podcast, ya saben, nosotros en la revista también estamos obsesionados con los podcasts, así que si no han escuchado los lanzamientos que hicimos este año, te invito a hacerlo en ‘Entre copas & amigas’ y ‘Café de media noche’; continuando con la historia, dice así: hace muchos años existió un rey que estaba ofreciendo un premio muy, muy, muy grande a un artista que pudiera captar una pintura que reflejara paz, muchos intentaron e hicieron varios ejemplos; el rey estaba muy complacido con muchas pinturas, pero solo hubo 2 que llamaron su atención: la primera era una pintura que reflejaba unas montañas pacíficas, tenía un lago azul, nubes blancas y las personas que miraban ese cuadro decían, ¡wow!, refleja paz; pero la segunda pintura que el rey quedó mirando era poco convencional, porque había nubes fuertes, un cielo, mar o lago furioso, aguaceros y rayos; además, debajo en la montaña retumbaba muchísima agua y, realmente, las demás personas decían, bueno, qué de paz tiene esto, pero cuando el rey se dio a la tarea de observar cuidadosamente, vio que detrás de una de las cascadas que estaba pintada entre las montañas, había un arbusto creciendo en la grieta de una de las rocas; en ese arbusto había un nido y un pajarito que, incluso, pareciera que brotara luz de su cuerpo, porque estaba plácidamente en su nido tranquilo; el rey se queda mirando y dice: ¿Cuál crees que es tu paz?, ¿cuál es la pintura ganadora?
Al final, el rey dice: paz no es estar en un lugar tranquilo, en silencio, bonito; paz es poder encontrar calma en medio de una tormenta, de situaciones difíciles y creo que eso es lo que nos deja el 2020, mis queridos lectores, que busquemos las cosas lindas en medio de todo este tiempo turbulento; si perdiste el trabajo, personas que quisiste, se las llevó la pandemia o simplemente otras razones, si estás pasando por un mal momento de pareja, si a tus hijos les ha costado ajustarse a los cambios, si has tenido problemas; solo te pido que encuentres paz en el momento y lugar más difícil, querido lector.
Espero que puedas encontrarla muy pronto y que estas palabras lleguen a tu corazón. A mi equipo solo me queda darles gracias, gracias por acompañarme en este tiempo turbulento, espero que el próximo año cada uno de ustedes y yo podamos encontrar la paz, el éxito, la felicidad y alegría que necesitamos; que el Señor cumpla cada uno de sus sueños y a ti, querido lector, te pido que sigas con nosotros en este 2021. Con mucho más esfuerzo seguiremos trabajando por ti, por nuestros clientes y por todas las personas que nos rodean. Gracias por quedarte con nosotros, espero en Dios que tengas una feliz Navidad y un excelente año 2021. Aférrate a lo que más quieres y siempre, siempre, siempre tenlo en tu corazón, que Dios los bendiga.
