jueves, noviembre 21, 2024
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EL UNIVERSO DESCUBRA LA INFINIDAD DEL ESPACIO Y LOS SECRETOS QUE GUARDA

Durante el mes de julio, el mundo entero, y principalmente los Estados Unidos de América, celebraron los 50 años que han pasado desde que un ser humano dejara huella en la superficie lunar; un logro para la humanidad que marcó el camino hacia una carrera espacial, por parte de aquellas naciones, las cuales poseen programas de investigación, y actividades que involucran el denso espacio exterior que nos rodea. Actualmente, existen más de 27 agencias espaciales a nivel internacional, de países que declaran tener presupuesto para tales fines; entre dichos territorios, Latinoamérica tiene una modesta participación con Brasil, México, Chile, Argentina, Colombia y demás. Lo cierto es que el hombre siempre ha mirado a las estrellas, algunos lo hacen desde la religión, elevando una oración al cielo y otros por afán científico; en ese sentido, las preguntas que se pretenden descifrar son: ¿Quiénes somos?, ¿de dónde venimos? y ¿hacia dónde vamos?, interrogantes que la fe y la ciencia han querido responder de múltiples maneras, pero a pesar de las tecnologías actuales, seguimos sin obtener respuestas certeras y precisas, pues hay tantas teorías que finalmente esa verdad absoluta solo se encuentra en el poder del universo y su creador.

Una de las preguntas que ha permanecido en los anales del tiempo es: si estamos solos en este universo, o somos los únicos seres inteligentes; pero ciertamente, seríamos demasiado ingenuos y arrogantes considerarnos los únicos en el universo, tal como lo dijo el famoso Carl Sagan: “Si estamos solos en el universo, seguro sería una terrible pérdida de espacio”. La ecuación de Frank Drake, quien en 1961 estableció la posibilidad de que haya vida extraterrestre, es del 0.00000003%; sin embargo, teniendo en cuenta que nuestra galaxia —Vía Láctea— posee, según varias fuentes, un número que varía entre 200.000 y 400.000 millones de soles; podría ser factible que existan civilizaciones avanzadas en un rango de 10 y 20 de ellas, con la capacidad de establecer contacto con los humanos, y si el cosmos contiene en teoría más de 100 billones de galaxias, pues ¡hagamos cuentas!

Dentro de la comunidad científica, toma fuerza la hipótesis de que no estamos solos en el universo. La ciencia en algunos momentos se sorprende de los hallazgos arqueológicos en diferentes partes del globo terráqueo, pues en la antigüedad: el arte, las representaciones pictóricas o escultóricas de las civilizaciones antiguas; denotan la presencia de extraterrestres, los cuales interactuaban junto a los seres humanos, escondiéndose tras los mitos y leyendas que hoy siguen vigentes, siendo narrados de generación en generación; mientras cautivan la imaginación, pero concentrándose, igualmente, en el estudio científico de estos vestigios, demostrando una verdad que no se puede ignorar del todo.

Algunos de esos testimonios artísticos son: las pinturas rupestres de Tassili n’Ajjer, en Argelia; el extraño pueblo de los dogones, en Malí, quienes conocían la existencia de la estrella Sirio hace miles de años y cuya cultura actual está plagada de misterios y sabidurías ancestrales que maravillan a la ciencia moderna. Igualmente, el sarcófago del astronauta de Palenque o el señor Pakal en Chiapas, México con más de 12.000 años; la pintura renacentista de la Madonna de San Giovannino, dentro de la cual se percibe un ovni, observado por un pastor y su perro. Así, la lista continúa con cientos de referentes en los cinco continentes que incluso hoy en día, se registran evidencias, ya no en el arte, sino en las redes sociales y mass media, haciendo virales las noticias de estos avistamientos, que si bien muchos de ellos son una farsa, otros resultan difíciles de explicar por las autoridades competentes quienes ponen en tela de juicio un hecho que es evidente.

Y si esto consigue ser verificable o no, vale la pena pensar y preguntarse las razones, por las cuales la nación más poderosa del planeta en 1947 creó un ente gubernamental, cuyo único fin era analizar avistamientos de ovnis, llamado ‘Proyecto libro azul’, o por qué el presidente Ronald Reagan en una alocución pública del 23 de marzo de 1983, anunció el interés de crear el programa ‘Star wars’, una red de satélites para proteger la tierra de cualquier amenaza externa; igualmente, se estima que el Departamento de Defensa de Estados Unidos, la CIA —Agencia Central de Inteligencia— y el Pentágono tienen presupuestos para la indagación de dicho fenómeno. Por su parte, el SETI, aún vigente, posee múltiples antenas para la búsqueda inteligente extraterrestre; dicha organización fue creada en 1984 —alrededor de 35 años—, con la misión de escuchar el universo y enviar ondas radiales, que logren ser escuchadas por civilizaciones con igual o mayor grado de desarrollo a la nuestra. Lo anterior, solo es en Estados Unidos, por lo que, no se puede dejar de nombrar el bloque oriental; los rusos, también presentan su Roswell, y los acontecimientos generalmente nombrados fueron el de Tunguska y el accidente de Dalnegorsk —enero de 1986—, estudiados y clasificados por el Centro Ruso de Investigación Ufológica —RURC—, que aún existe, pero poco se sabe de su manejo y existencia en el mundo occidental.

La verdad es que si se da un acercamiento extraterrestre en estos momentos, seguramente muchas instituciones de poder social, económico, político y religioso temblarían ante una realidad, que oculta o no, cambiaría la percepción de nuestra civilización; la cual a través de los años, ha logrado niveles maravillosos de progreso y evolución, pero igualmente, errores funestos que como especie deben darnos vergüenza. La ciencia ficción, televisión, cine y literatura han previsto estos imaginarios de un primer contacto; esperemos un resultado más optimista que en la fantasía, sin embargo, lo verdaderamente histórico y científico, es que cuando una cultura superior, descubre una inferior, esta última lamentablemente, termina siendo erradicada.

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