Hola, queridos lectores, llegamos al final de este 2022 y quiero aprovechar la oportunidad para enviarles algunas palabras, pues cuando inicia la época decembrina me gusta realizar un balance de todos los acontecimientos —buenos, malos o peculiares—, con el objetivo de analizar detenidamente los cambios que deseo implementar en mi vida para la próxima anualidad; sobre todo, porque soy consciente que buscar el éxito y crecimiento personal es más fácil decirlo que efectuarlo; debido a ello, iniciamos el año con una lista enorme de cosas por hacer y culminamos sin llevar a cabo muchas.
Realmente, la frase que inspiró esta editorial describe de manera muy precisa mis sentimientos en estos momentos, pues durante muchos años he venido trabajando en el mismo campo, es decir, medios de comunicación, ya sean escritos, radiales, incluso, redes sociales; sin embargo, el año pasado se presentaron algunas transformaciones que me sacaron de la zona de confort y el 2023 viene con cambios mucho más grandes, los cuales me han causado un poco de incertidumbre y miedo. A pesar de ello, cuando leí las palabras de Mandy Hale, empecé a pensar cómo ese temor, efectivamente, puede impedirnos explorar experiencias diferentes y crecer; de pronto, todos los cambios, para mí o personas alrededor, están ocurriendo por una razón, porque necesitamos evolucionar, progresar, seguir adelante y no quedarnos estancados; además, siempre surgen intereses nuevos, no necesariamente por fuera del trabajo habitual, pero sí adquiriendo responsabilidades distintas o viajando a lugares nunca vistos.
Quiero terminar invitándolos a no tenerle miedo al cambio, si bien es algo bastante difícil de hacer, a diferencia de leerlo en esta editorial o las frases que siempre les dejamos, es necesario para crecer; de lo contrario, existe una enorme posibilidad de sentirte triste o frustrado, porque no pudiste lograr tus más grandes sueños.