Esta cuarentena ha sido un vaivén de luchas conmigo misma y creo que a muchos de ustedes también les ha pasado, porque el encierro se convierte en nuestro peor enemigo haciendo que cosas con las que normalmente luchamos en soledad salgan a la luz, afectándonos a nosotros y a los que están a nuestro alrededor. Sé que al igual que yo tratan de sacar lo mejor y de ver las cosas positivas, que todo está bien, tener esperanzas y seguir todo lo que leemos, escuchamos o nuestra mente quiere que pensemos; sin embargo, muchas veces es difícil.
Cuando digo luchando con demonios, no lo digo de manera literal, me refiero a los demonios internos que no hacen que nuestra vida sea feliz y normal; por ejemplo, yo soy una persona organizada, pero en la cuarentena me he vuelto compulsivamente organizada, es decir, no puedo hacer algo si no está en el lugar o milímetro indicado, incluso, creo que mi vista se entrenó para tener una regla ocular interna y ver cuando algo está más para un lado que otro; obviamente, me molesto o estreso si no hay orden e incómodo a los que están a mi alrededor, sin realmente quererlo o buscarlo adrede; hoy hablo de mi como persona, de lo que me ha hecho sentir el tema de estar encerrada, a pesar de pensar que podía soportarlo. En estos días, en nuestro programa #Cuarentena de @sistemacardenal entrevistaba a un terapista de parejas y él decía que esta cuarentena ha sacado cosas de nosotros que, por ese mismo aislamiento, no estamos acostumbrados, porque bajo estrés todo va a ser más sensible y tal vez más grande
Luchar con ellos es difícil y hacerlo en un espacio pequeño te vuelve claustrofóbico, te asfixia, sientes que no tienes salida, que tu mente te está jugando una mala pasada, que te va a ganar y es en momentos como estos, cuando hago una entrevista, leo algo, tengo una conversación con alguien, que me doy cuenta que esas cosas se hacen más fuertes por la situación que estamos viviendo y a la mente se le olvida. En el día a día, olvidamos que esos demonios están ahí para distraerte, no dejarte ser feliz o, tal vez, viéndolo desde otro punto de vista, la perspectiva desde la cual quiero ver las cosas y es que tienes que vivirlo para depurarte. Para mí, ha sido horriblemente difícil, por ejemplo, esta semana, además de los demonios internos, también he tenido que lidiar con situaciones externas que hacen las cosas peor, pero es cuando tomas momentos, respiras, como decía anteriormente, lees, escuchas, haces un pare y dices: “Tienes que cambiarlo”, esto es algo que Dios está poniendo en tu vida para cambiar.
Mi recomendación con esta lucha interna que tienes en tu vida es ¡gana la pelea! Gana esa batalla interna que tienes, tu puedes, eres fuerte y es lo que me recuerdo todos los días cuando tengo jornadas malas conmigo misma, cuando hay días peores en donde temas externos se involucran en esto, pues son más difíciles, como esta semana. En lo que sí estoy convencida, tanto a ti como a mí, nada nos queda difícil, nada nos queda grande y, por eso, si estás leyendo esto y te encuentras luchando con algo interno, algún problema, algo que ha empeorado en esta cuarentena, lo que sea, está ahí para enseñarte, para que sanes. Así llevo 175 días y todo está peor; realmente, en estos momentos estoy viendo todo muy oscuro, siento que no tengo salida y estoy en un callejón, esa es mi realidad, quiero ser honesta, no me gusta mentir; sin embargo, sé que en un año me estaré riendo y estaré leyendo este post, diciendo: “ah, ¿te acuerdas lo que sentiste ese día?”, está bien, te hace ser humana.